Quién en la noche oscura, cargado de ataúdes y mortajas nuevas? Quién sobrevolando los castillos, henchido de fuego y harto de promesas rotas? Quién apenas visible entre esta niebla que todo lo ciega, sin rostro, sin nombre, sin huellas que lo distingan? Quién sentado junto al altar y el trono, susurrando palabras dulces pero con intención homicida? Qué quieres que yo te explique, malherido como estoy entre esta turba de Arcángeles sin empatía. Como en el patio de un colegio donde el bullying alado está a la orden del día. Quién sobre los tejados cuando el atardecer es un hematoma ardiente, danzando bajo la luna los ritmos exóticos de la primavera? Quién en las azoteas, en los ventanales, en los balcones, contemplando ensimismado un último eclipse que lo ennegrece todo? Quién de madrugada, vagando sin rumbo por un asfalto que la lluvia inunda como un mar profundo sin navíos? Y qué sé yo, sueltos los amarres y recogida el ancla, de la vida apacible tierra adentro. Yo que siempre fui ajeno a la orilla y a las gentes. Y que hoy sobrevivo a proa tostado por el salitre de la brisa marina. Quién agazapado en la confusión descomunal que atenaza al mundo, dispuesto a asestar el golpe final al teatrillo, para ver cómo uno por uno sucumbimos como marionetas sin hilos sobre el tablero de la historia.