He viajado al lugar del que casi enunca se regresa. Empapado en alcohol y chorreando dopamina. Pringado por esa sensación incómoda de que estás creando tus últimos recuerdos o qué cada chupito de oxígeno bien podría ser el de la despedida! Solo, sin mas compañía que mi cotorrería. Bañado por esta lluvia ácida que escupe y maltrata los paisajes por los que me muevo hasta talarles con mano grosera la sabiduría y el orgullo. Qué estúpido desgaste de energía mantener al hombre pudriendo los tesoros del planeta, mientras la humanidad toda mira hacia otro lado jaleando con voz estrepitosa la hazaña del pibito de zamarra albiceleste. Como si el tipo que transplantó con éxito un corazón de porcino y el que consiguió por fin la fusión atómica fueran becarios atontolinados jugueteando en los laboratorios en la hora del recreo. Somos torreznos con forma humana equivocando constantemente la dirección de la mirada. Somos papanatas de muy poco recorrido que caemos admirados y rendidos cuando un tocabolas se sube a la parra al grito de “…y tú qué mirás, bobo?” Palabras bíblicas donde las haya! Cuando yo regreso al templo no puedo evitar pensar si esto tiene solución alguna. Siete veces antes hemos reventado los cimientos. Con tamaña experiencia no será pcomplicado llevar de nuevo el show al cataclismo! Y,Amigo, no seran entonces Messi, Mbappe, Cristiano Ronaldo, Haaland o Lewandosky quienes en un ejemplar acto de heroismo nos salven del caos que se avecina! Aquí dejo un único consejo: Desempolvemos el cerebro y arriconemos las chorradas. Cuando las trompeta del Juicio atronen nuestros oídos no habrá más salida que tratar de seguir a quienes de verdad tengan luces para salvarnos de la matanza!