No es la hora todavía?

Y yo le pregunto, sin retrueques ni dobleces, No es la hora todavía? Y ella, toda dulzura y enigma, cubierta de sombras y paisajes con neblina, sonríe sin consecuencias. Llegas sin nada. Poseyendo tan sólo un alma recién estrenada que apenas despunta. Te vas sin nada. Con el alma consumida como una vela que exhala su último fuego. Ella, ataviada con los ropajes oscuros de una noche invidente, aguarda junto a la rueca la voz todopoderosa de las hilanderas. Es hipnótico cómo forjan el destino. Las llegadas. Los decesos. Los casi pero no. Los casi pero sí. En un tejido colorido que todo lo amalgama con una pericia que resulta magnífica. Todo a su tiempo, susurra en un hálito helado que contradice a sus bellos ojos de matrona. La sé deseosa de que zarpemos juntos hacia nuevas aventuras, más allá de este mundo zoquete en el que la Humanidad se autolesiona cada día. Deja a Las Moiras hacer su trabajo, aconseja con ternura mientras las hermanas escriben la historia sin pausas ni distracciones. Yo asiento. Pues nada tuerce los renglones del hilo sagrado. A lo lejos, como tambores macabros arrullando el Hades, retumban furiosos los ecos de la tormenta. Pero nada disturba a Cloto, Láquesis y Átropo.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s