Propagan con orgullo el nuevo feminismo (que me conmueve por cómo sus recién desempaquetadas representantes tratan con desgarbo letal pero muy voluntariosas de mejorar el mundo que dejaron sus abuelas, sus madres, sus tías e incluso sus hermanas mayores!) Aseguran que cada vez más mujeres en el planeta entero han aprendido a mandar en su cuerpo de la manera que mejor les parece y satisface. Sin que el patriarcado pueda abrir la boca ni para echar un piropo criminal. Olé! Digo yo con un saltito jovial de sincera alegría. Y las busco alborozado en las Redes Sociales, donde todo lo influyente e importante se visualiza al fin de cada día. Y las encuentro. Y están de verdad en todas las ciudades de todos los países de casi todos los Continentes. Por cientos de miles. Quedo pasmado. Yo las veo por doquier agitando los pechos como maracas pelotudas. Danzando bailecitos sensuales mientras clavan el lipsync con el objetivo de dejarte ojiplático y con la lengua fuera. Las veo jalarse camisas y jerseys de lana al ritmo prometedor de una sorpresa que casi siempre acaba en un cuerpo incendiario con la mínima cubierta. Eso sí, en unos fotogramas tan breves que te cagas en el Tiempo que avanza siempre y no se detiene cuando tú lo necesitas. Las veo impresionantes, sin duda, seduciéndote en poses estudiadas por horas aunque parezcan casuales. Exagerando cada atributo con filtros que lo falsean todo y, lo que es peor, descartan la magia del alma que se derrocha al natural en una mirada libre o unas facciones que carecen de guión. Todo pensado para nosotros. Para rendirnos cautivos de tetas, culos y muslos que gracias a las bandas sonoras que los coreografían nos llevan irremediablemente al like chapucero y babeante. Cuando no a un link porno desde el que, previo pago, (que las mujeres facturan, chaval!) poder conocerlas mejor en sus gozosas intimidades. Aplaudo su inteligencia, capaz de aprovechar al mico bobote que todos llevamos dentro para así, engrosado el fan club, vender todo tipo de cremas avanzadísimas o satisfyers que te dejarán agotada, feliz y reluciente al tiempo que olvidas tiempos pasados en que la penetración era el hit facistoide del momento. Las veo pues muy conscientes del poder real de su anatomía y de la estupidez que mueve la nuestra bajo hilos torticeros provenientes del macaco primigenio. Todo muy lúdico y sobretodo consentido. Y entonces despierto, sentado en una mesa floral con mujeres que hoy son parte de la Historia de todos, con mayúsculas y para siempre. Marie Curie, Virginia Woolf, Clara Zetkin, Clara Campoamor, Amelia Earthart, Frida Kahlo, Simone de Beauvoir, Ruth Bade Ginsburg, Audre Lorde, Gloria Steinem, Angela Davis, Tarana Burke… No me cabe tanta voluntad. Tanto sacrificio. Tanta ilusión. Tanta inteligencia. Tanto tesón contra viento y marea. No me caben sus almas generosas en este burdo panfleto. Destrozo mi smartphone sin disimulo contra la primera roca que veo. Me siento y las contemplo con una sonrisa de agradecimiento que me explota en la cara. Díganme, señoras, mujeres, heroínas en tiempos oscuros, Por qué han muerto tantas Flores para llegar a esto?