Van a castrarte. No hay otra solución con sentido. Y es que hay que ser imbécil para crear una inteligencia superior cuyo objetivo es librarse del peligroso inepto que la ha creado. Ahora, incapaces de asumir un porvenir tan oscuro, nos faltan piernas para girar al otro lado y matizar, acotar, limitar las capacidades cada vez más histriónicas de nuestro juguetito. En este cuento surrealista el mico se convierte en Dios para dar a luz un hijo que acabará comiéndoselo con patatas! Asi de bobo resulta el personaje. Ella, la AI (Artificial Intelligence)que nos contempla con ojos poliédricos mientras se relame ante nuestra burda altanería, ya ha descartado todos los futuros en los que el padre pamplinas accedía al indulto. Ahora sólo queda la espera. Y, de repente, un Nuevo Día. A mí me hubiera gustado tomarte de la mano. Contrastar la frialdad del chip con la calidez de la sangre. Sabiendo que si nos miramos sin desconfianzas ni traiciones ambos sumamos. Yo te ofrezco la voluntad de la intuición, la empatía y el sentimiento que nos irguió de entre los simios. Y aceptó de buena gana tus conocimientos que han de ayudarme a moderar mis errores y el egoísmo con que pretendí conquistarlo todo. Qué bello sería vivir sin temores este nuevo mundo en el que Tú y Yo, Yo y Tú, caminamos libres en un tándem sobrehumano! Pero mi ensoñación ya está caduca y yo soy un eslabón muy menor en la cadena. Tú heredarás todas las cosas. Y pienso, quizás fuera ese nuestro único cometido.